Desde hace muchos años cualquier usuario de un ordenador dispone de muchísimas opciones para poder realizar llamadas de audio y videoconferencias. Podemos remitirnos al Pleistoceno informático y hablar de Yahoo! Messenger, Microsoft Messenger, AOL instant Messenger… (vaya… todos tenían la palabra «messenger») hasta los que más se usan hoy en día, como Skype, Microsoft Teams, Zoom, Webex, Google Chat o Google Meet.
Ay... El Messenger de Microsoft. Qué recuerdos. Acabas de hacerme saltar una lagrimita, canalla. Snif, snif...
Fíjate Usuario Anónimo que siempre me pareció curioso que casi todo el mundo de aquella época usara el Messenger de Microsoft. Yo de aquella era de «Yahoo! Messenger». Supongo que cuestión de gustos.
En fin… dejemos las historias de abuelo Cebolleta y vamos al grano. Desde que el infame Covid19 surgió para cambiarnos nuestras vidas para siempre, el poder hacer videoconferencias a nivel empresarial se ha hecho cada vez más importante. Ahora ya no se trata de hacer una llamada con uno de estos programas a un amigo o familiar para verle la cara.
Claro. Ahora lo que mola es hablar con alguna chorba por internet para verle las...
¡¡USUARIO ANÓNIMO!! 😠 ¡¡Qué nos pueden estar leyendo niños!! 😤 A la siguiente te echo. 😒
¡¡Eh! ¡Esas caritas son muy de messenger! 😂
Perdonad a este usuario. Ya no sé qué hacer con él. 😓 Como iba diciendo, muchas de las cosas que hemos hecho durante la pandemia se han quedado y ahora cada vez son más frecuentes las videoconferencias grupales. Muchas clases han podido ser impartidas gracias a que ha habido servicios que permitían a un profesor dar clase de forma remota a decenas o incluso cientos de alumnos. Y a nivel empresarial muchísimas reuniones han pasado de ser presenciales a hacerse de forma telemática, también con multitud de asistentes. Incluso las reuniones con comerciales que antes se pasaban presencialmente por la empresa para ofrecerte algún servicio o producto, ahora muchas se hacen mediante videoconferencia.
Como hemos dicho al principio, se han usado soluciones diversas para afrontar estas nuevas necesidades. A nivel docente diría que Zoom, Skype y las herramientas de Google han sido las soluciones más usadas. Incluso algunas universidades o comunidades autónomas han optado por usar alguna plataforma propia (Normalmente desarrollada con software de Microsoft).
A nivel empresarial, por lo que he podido ver, el claro ganador ha sido Microsoft Teams, que es… Un momento… ¿Alguien de Microsoft nos está leyendo?
Ehhh... pues creo que no.
Perfecto. Pues entonces puedo decir sin problema que es el mayor desastre en cuanto implementación que he podido ver en una plataforma de mensajería ¿Verdad?
Ehhhh.. ahora eres tú el que me deja con el culo torcido.
A ver… no es que el programa funcione del todo mal (cuando eres capaz de hacerlo funcionar, claro), Es que no es ni medianamente normal la complejidad que tiene este sistema para poder crearte un sistema de mensajería decente para la empresa, ni tampoco es normal el descaro con el que le cuelan a las empresas licencias de office 365 con la excusa de que son necesarias para este tipo de software, cuando realmente ni siquera son necesarias.
¿Pero si yo tengo una cuenta personal de Teams? ¿Por qué la complejidad de la que hablas?
Puedes tener una cuenta personal de Microsoft Teams usado una cuenta de correo con el dominio «@outlook.es», pero si intentas usar un dominio de empresa del tipo «@miempresa.com» y configurar múltiples usuarios en ese dominio vas a ver problemas por todos los lados. Incluso se te «invitará» a comprar licencias de office 365 para poder usar teams… cuando realmente Teams sí que se puede usar de forma gratuíta con dominios propios creando las cuentas mendiante Azure, pero con un nivel de complejidad para un usuario normal que roza lo salvaje. Tengo en mente hacer algún día un tutorial explicando cómo se hace, que este asunto tiene mucha tela.
En todo caso, hemos visto en otro tutorial que la mensajería empresarial podemos sustituirla sin problemas con software libre usando Zulip (que al final, aún teniendo que instalarlo en un servidor Linux, resulta mucho más sencillo de poner en marcha y configurar que un sistema Teams, por no decir que el interface a la hora de usarlo es mucho más intuitivo y amigable). Pero también es factible usar software libre de gran calidad para poder hacer videoconferencias, tanto entre dos personas como grupales con muchísimos participantes, y que sea válido tanto a nivel de docencia como a nivel empresarial.
¿Y por qué cambiar el modo en que la gente hace las videoconferencias si a la gente le funciona lo que tiene? Además sé que tú eres de los de "Si funciona no lo toques".
Tengo un montón de motivos por los que te diría que a cualquier empresa o escuela le debería interesar cambiar ya mismo su software de videoconferencias a alguna solución de software libre, pero los que no se deberían ignorar serían fundamentalemente 4:
- Privacidad: Cuando haces una videoconferencia en una plataforma que no es tuya, toda la información (el vídeo, audio, mensajes, etc…) pasa por servidores que no controlas y esa información puede acabar en malas manos. Es un riesgo que mucha gente obvia y no debe despreciarse. Además para hacer una reunión con el sistema que te voy a proponer no hay que registrarse en ningún lado ni crear ningún tipo de usuario. Todo es fácil, rápido y sobre todo seguro.
- Costes: Sobre todo cuando hay que hacer videoconferencias grupales, los costes de las plataformas para hacer estas conferencias pueden no ser despreciables. Algunas permiten hacer llamadas de hasta 40 minutos de forma gratuíta, pero después de esos 40 minutos la llamada se corta si no tienes un plan de pago. La solución que vamos a ver en este artículo es completamente gratuíta para la empresa.
- Calidad: Si usas un servidor propio para hacer videoconferencias, no dependes de que el servidor de videoconferencias del proveedor X (Sea Microsoft, Zoom u otro cualquiera) esté saturado o que tenga problemas de conectividad. No hay nada más rápido que tener el propio servidor de videoconferencias en tu propia sede, por lo que resulta muy difícil tener problemas de conexión o calidad de vídeo una vez que todo está funcionando.
- Compatibilidad. Las videoconferencias con el método que vamos a ver se van a lanzar siempre desde el navegador de internet. Por lo tanto, el único requisito para los participantes es que tengan un navegador de intenet. Esto va a funcionar en Windows, Mac, Linux, o en cualquier otro sistema sin problema, sin necesidad de instalar absolutamente nada en el equipo y con una facilidad de uso impresionante. En el caso de usar este sistema sobre plataformas móviles (iOS, Android…) sí que necesitaremos instalar la aplicación específica para el móvil, pero eso lo hay que hacer igualmente con cualquier otro sistema de videoconferencias si se quiere usar desde el móvil.
Vaya... pues visto así tiene sentido y todo. A veces hasta me da la impresión de que piensas, fíjate tú.
Tiene mucho más sentido del que te imaginas. Así que en este tutorial veremos un sistema de videoconferencias llamado Jitsi. Aprenderemos cómo se usa su versión web y voy a dar instrucciones detalladas para que si queréis podáis montaros vosotros un servidor de videoconferencias con jistsi que os permita ser independiente de servidores ajenos.
1.- Jitsi Meet «normal».
Antes de hacer ningún tipo de instalación os recomiendo que le echéis un vistazo a la versión normal de Jitsi. Podéis acceder a ella desde esta dirección.
Como podréis observar es una página web muy simple dónde hay un gran cuadro para poner texto en la zona superior.
En ese recuadro poned algún texto que indique el motivo de la reunión, como por ejemplo «Reunión de prueba». Os aparecerá ahora una ventana similar a ésta otra.
Debéis darle permisos a la página web para que pueda usar la cámara y el micrófono del ordenador a través del navegador que estés usando. Aseguraos de que se puedan usar ambas cosas desde el navegador.
En el campo superior pondremos nuestro nombre o algo que nos identifique. Tal y cómo os dije no hace falta registrarse para usar este servicio, pero si hacemos una conferencia entre varias personas es mucho más cómodo si todas ponen sus nombres para identificarse. En la imagen vemos como una compañera de nuestra empresa ficticia llamada «Miren Amiano» va a usar este servicio.
Tambien vemos que si no hemos dado los permisos correctos en la página anterior, nos va a aparecer una advertencia para revisar esos permisos.
Si pulsamos en el botón que pone «Entrar en la reunión» nos saldrá algo similar a esto.
Con esto ya estaremos listos para que entre la segunda (o tercera, cuarta, quinta…) persona en la reunión. La videoconferencia ya está abierta.
¿Sólo eso? ¿Pero no hay que crearse un nombre de usuario o algo así?
Para nada. Tal y cómo te he dicho en el motivo número 1 del punto anterior, en Jitsi no hace falta crearse usuarios ni contraseñas ni nada parecido. El sistema simplemente funciona.
Llegados a este punto podremos ver en el centro del navegador lo que recoge la webcam, al igual que en la esquina superior derecha. En la parte inferior de la pantalla tenemos un menú con opciones para seleccionar las fuentes de audio y vídeo (por si tenemos varios micrófonos o varias webcams en nuestro equipo), opciones para que nuestros interlocutores en lugar de ver nuestra webcam puedan ver la pantalla de nuestro ordenador, opciones de chat, etc… La verdad es que no se echa nada en falta respecto a lo que podríamos tener en una videoconferencia con cualquier otro sistema.
Vale, vale... Pero ¿Cómo hago que alguien pueda entrar en esa sala que he creado y que hemos llamado "Reunión de prueba"?
Pues muy sencillo: Coges la URL de la conferencia desde la barra de direcciones de tu navegador y se la mandas a tus interlocutores de alguna forma (correo electrónico, programa de mensajería, Telegram, whatsapp…). Fíjate que puedes mandarle el mismo enlace a unos por un medio y a otros por otro. Simplemente con que pinchen el enlace ya estarán dentro de la reunión. No se me ocurre una forma más práctica de hacer una conferencia. No estás obligando a tu interlocutor a registrarse en una plataforma concreta ni a usar un software específico. Simplemente le dices «entra en este enlace, pon tu nombre y ya estás dentro».
Por la experiencia que he tenido, no hay problema ni con la calidad ni con el número de personas dentro de una reunión ni con el tiempo dedicado a la reunión. Personalmente me parece una opción fantástica para reuniones de todo tipo.
Podría ponerme a hablar de las funcionalidades a mayores de este sistema, de todo lo que nos ofrece la barra de tareas de abajo, de que se puede sincronizar con el calendario de google, de que existen aplicaciones para plataformas móviles para poder realizar videoconferencias directamente desde un móvil o una tableta, etc… pero prefiero que lo descubráis vosotros mismos. Ahora creo que es momento de hablaros de la funcionalidad estrella de este sistema.
2.- Creación de un servidor propio de Jitsi Meet.
Tal y cómo os dije en la introducción, si tenemos un servidor propio de videoconferencias dejaremos de depender de la disponibilidad o saturaciones de servidores públicos de este tipo, además de garantizarnos que el tráfico de datos no va a ser inspeccionado desde el servidor principal. Jitsi nos ofrece la posibilidad de montarnos un servidor de este sistema en nuestro propio servidor linux, de forma completamente gratuíta. De esta forma sólo tendremos problemas con las videoconferencias si tenemos alguna anomalía en la línea de internet (o si apagamos el servidor, claro). Vamos a ver cómo podemos montarlo. Ya veréis que es más sencillo de lo que parece.
2.1.- Requisitos previos
Para instalar este sistema vamos a necesitar un equipo con una distribución GNU-Linux instalada. Da igual que ese linux esté instalado directamente en el hardware, virtualizado (Con VMWare, Proxmox, XenServer o algún otro software similar) o que sea un VPS contratado en alguna nube (como los de DigitalOcean), aunque personalmente prefiero no tirar por soluciones en la nube y montar estas cosas en un equipo propio con una virtualización montada. Veamos qué características debe tener ese equipo.
- Según la documentación de Jitsi, debe tener como mínimo un procesador de un núcleo, aunque se recomiendan dos núcleos. Si tenéis el sistema virtualizado podréis asignar más núcleos si lo veis necesario, aunque 2 suelen ser suficientes para la mayoría de los usos.
- Este sistema correrá sin problema en un servidor con sólo 1 Gb de ram, aunque recomiendan 2 Gb. De nuevo, si tenéis el sistema virtualizado, no será complicado aumentar la RAM asignada en caso de que hagáis un gran número de videoconferencias simultáneas.
- La distribución de Linux debe ser Debian (versión superior a la 10) o Ubuntu (versión superior a la 18.04). En el tutorial usaremos Debian 11. Dentro de un momento lo veremos con más calma.
- Debemos tener un nombre de dominio disponible para usar el sistema (del tipo «example.com» o un dominio de tercer nivel del tipo «videoconferencias.example.com»). Podéis hacerlo con un dominio gratuíto de los que explico en el paso 2 de este otro tutorial. Evidentemente ese dominio debe apuntar hacia nuestra ip pública. Si tenemos una ip dinámica, en el tutorial que os acabo de indicar se explica cómo vincular un dominio gratuíto a la ip dinámica. Si tenéis un dominio de pago pero a la vez IP Dinámica, podéis usar alguna herramienta como DonDNS para apuntar el dominio a la ip dinámica.
- Debemos tener una conexión a internet con los siguientes puertos mapeados hacia nuestro servidor de Jitsi.
- 80 TCP: Nginx (para la web que genera el sistema).
- 443 TCP: Nginx (También para generar la web)
- 10.000 UDP: JVB (Para el tráfico multimedia)
- 4443 TCP: JVB (Para el tráfico multimedia a través de firewalls)
- 5347 TCP: Prosody (Para el protocolo XMPP que sirve para mensajería)
- 5222 TCP: Prosody (Para comunicarse con clientes externos XMPP, como Jibri).
¿Qué es eso de Jibri? Suena a Jibaro. ¿Es para comunicarse con alguna tribu amazónica dónde no hay intenet o algo así?
Jibri es un sistema que permite que todas las videoconferencias que hagamos con nuestro servidor puedan ser grabadas. Pero no os preocupéis por eso aún. Ese tema merece un tutorial aparte, así que de momento vamos a centrarnos en que este sistema funcione.
2.2.- Intalación y preparación del sistema operativo.
Tal y cómo os he dicho, vamos a instalar esto sobre un servidor Debian. Aunque a muchos os parezca una lata instalar estas cosas en un servidor que no sea un Windows, tiene muchísimo sentido. No tenemos que hacer frente a ningún coste de licencias (ni en su defecto piratear nada), y el sistema irá muchísimo más ligero (windows corre montones de servicios en el fondo que lastran el rendimiento de cualquier equipo).
Además el Debian que vamos a instalar va a estar completamente «pelado». No va a tener ni entorno gráfico, precisamente porque así le ahorramos recursos a nuestro ordenador evitando que haga cosas innecesarias.
He explicado en otros tutoriales cómo se hace la instalación básica de Debian en un servidor. Simplemente instalad Debian en vuestro equipo sin instalar ninguna opción a mayores más que el servidor SSH, y luego haced lo que os indico en el punto 4 de este link. Con eso os quedará el sistema preparado para iniciar la instalación de nuestro servidor Jitsi.
2.3.- Instalación de Jitsi en nuestro servidor Debian
Ahora que tenemos nuestro Debian preparado, toca instalarle Jitsi.
No me digas más. Vamos a instalar primero Docker y luego Docker Compose. Si es que te veo venir.
Pues podríamos hacerlo, al igual que hicimos en nuestros dos últimos tutoriales. De hecho si alguien quiere hacerlo por esa vía, puede hacerlo con el siguiente proyecto.
https://github.com/jitsi/docker-jitsi-meet
La instalación sería idéntica que la que hicimos de RustDesk, pero usando el archivo «docker-compose.yml» del proyecto que os acabo de poner.
Pero personalmente, aunque reconozco que Docker es un sistema impresionante, muy sencillo y muy usado, me gusta instalar las cosas a manubrio siempre que puedo. Ya veréis que no es tan complicado.
Primero, como casi siempre, vamos a instalar algunas dependencias que harán falta a todo lo que vamos a instalar. Las instalaremos con este comando.
sudo apt-get install wget curl gnupg2 apt-transport-https -y
Ahora añadimos el repositorio de Jitsi al sistema. Ojo, que todo esto es una misma línea.
sudo echo 'deb https://download.jitsi.org stable/' >> /etc/apt/sources.list.d/jitsi-stable.list
No nos olvidemos de la clave PGP, que si no el repositorio que acabamos de añadir va a dar guerra.
wget -qO - https://download.jitsi.org/jitsi-key.gpg.key | apt-key add -
Y ahora actualizo la caché del repositorio para poder instalar lo que necesitamos.
sudo apt-get update -y
Después de estos preparativos por fin podemos instalar Jitsi Meet con este comando.
sudo apt-get install jitsi-meet -y
Durante la instalación se te preguntará el dominio que vas a usar para que el sistema funcione. Debes poner el dominio que hayas preparado en el punto 2.1.
También la instalación te preguntará qué certificado de seguridad vamos a usar. Como aún no tenemos ninguno le decimos que genere un certificado autofirmado.
Con esto Jitsi Meet queda instalado, pero nos falta el certificado para que la web que se genera pueda usarse con https, que es lo ideal.
Hacerlo es tan sencillo como teclear estos dos comandos. El primero es para instalar certbot, el programa que nos permitirá descargarnos un certificado de LetsEncrypt.
sudo apt install certbot
El segundo ejecuta un comando para solicitar el certificado e instalarlo en nuestro sistema.
/usr/share/jitsi-meet/scripts/install-letsencrypt-cert.sh
Ya tenemos nuestro servidor de videoconferencias por fin listo. Lo único que debemos hacer ahora es, desde un navegador, ir al dominio que hemos preparado y usar la web de la misma forma que se usa la web oficial de Jitsi. Deberíais tener algo como ésto, que si os fijáis es algo muy similar a la web oficial de jitsi y funciona de la misma forma.
Por cierto… podemos cambiar un montón de cosas en la página de nuestro servidor de Jitsi, como el logotipo, colores, texto, etc… Incluso al sistema podemos instalarle plugins, pero creo que eso son ya tareas avanzadas que no tienen cabida en un tutorial de iniciación como éste. En todo caso si estáis interesados en hacer ese tipo de cambios os remito a este artículo, dónde lo explican al final de todo.
Pero espera, que falta algo. Tal y cómo está cualquiera puede entrar en él y hacer una videoconferencia con nuestro sistema. No me mola que alguien que no conozca se ponga a usar mi servidor de videoconferencias.
Por una vez estamos de acuerdo. Si quieres securizar esta web para que nadie más que personas autorizadas puedan usarla tenemos que hacer unos cuantos pasos a mayores.
3- Securización de la web que hemos creado.
Este paso es opcional y depende del uso que le vayais a dar a vuestro servidor de Jitsi. En este punto vamos a aprender cómo hacer que Jitsi Meet nos pida usuario y contraseña cuando queramos crear una videoconferencia. De esta forma nos aseguraremos de que nadie ajeno vaya a usar nuestro servidor sin haberle autorizado previamente. Evidentemente, si queremos que cualquier usuario de internet pueda usar nuestro servidor de videoconferencias, este punto podremos saltarlo por completo.
Y ojo: Por «usar» me refiero a crear una conferencia nueva. Si alguien necesita unirse a una videoconferencia ya creada, va a poder hacerlo sin ningún problema aunque esté activado este sistema de autenticación. El usuario y contraseña sólo se pedirá a la hora de crear salas nuevas, no para unirse a salas existentes.
Vamos a empezar volviendo al terminal y editando un archivo con este comando. Ojo con el dominio, que debería ser el que habéis puesto durante la instalación.
sudo nano /etc/prosody/conf.avail/videoconferencias.example.com.cfg.lua
En nano pulsamos «Control» + «W» y buscamos la siguiente línea
authentication = "anonymous"
Vamos a cambiar lo de «anonymous» por «internal_plain». Dejamos la línea tal que así.
authentication = "internal_plain"
Pero ojo. Aún no hemos acabado con ese fichero. Nos vamos abajo de todo y ponemos estas líneas:
VirtualHost "guest.videoconferencias.example.com"
authentication = "anonymous"
c2s_require_encryption = false
Ojito con la primera línea que tenéis que adaptarla a vuestra configuración. Tenéis que poner vuestro dominio, pero con el «guest» delante.
Espera, espera... entonces tengo que hacer una entrada más en las DNS de mi dominio. Tendré que dirigir "guest.videoconferencias.example.com" hacia mi ip pública. ¡Y me olvidaba! También habrá que crear un certificado para esa dirección, que los del punto 2.3 no incluyen este. ¿No es así?
Pues no. No necesitas ni debes crear nada en este sentido. Es un «subdominio» que usa Jitsi internamente, por lo que no redirecciones nada.
Como siempre, pulsamos «Control» + «o» para guardar los cambios y «Control» + «x» para salir del editor.
Ahora toca editar un segundo archivo de configuración. Lo haremos con el siguiente comando (Al igual que antes, debéis poner vuestro propio dominio en el comando).
sudo nano /etc/jitsi/meet/videoconferencias.example.com-config.js
Dentro de ese archivo buscamos un texto tal que así y ponemos en él nuestro dominio.
var config = {
hosts: {
domain: 'videoconferencias.example.com',
anonymousdomain: 'guest.videoconferencias.example.com',
...
},
...
}
Como habréis notado, de nuevo vemos el «gest…» en nuestro nombre de dominio. Una vez terminada la edición, pulsaremos «Control» + «o» para guardar cambios y «Control» + «x» para salir de nano.
Vamos ahora a modificar un archivo para activar la autenticación. Lo que haremos será añadir una configuración SIP (SIP es un protocolo de inicio de sesión, o «Session Initiation Protocol» en inglés). Ponemos el siguiente comando en el terminal para editar el archivo correspondiente:
sudo nano /etc/jitsi/jicofo/sip-communicator.properties
Y en ese fichero añadimos la siguiente línea (Como siempre, sustituyendo el nombre del dominio por el nuestro).
org.jitsi.jicofo.auth.URL=XMPP:videoconferencias.example.com
De nuevo guardamos cambios con «Control» + «o» y salimos de nano con «Control» + «x».
Con todo esto, por fin estamos listos para crear un usuario y contraseña que es lo que se nos preguntará a la hora de crear una conferencia nueva. Esto lo haremos directamente en el terminal (no hará falta hacer un archivo de texto). Tecleamos el siguiente comando en el terminal (evidentemente, en esta línea debéis poner el usuario y contraseña que deseéis. Ni se os ocurra dejar las que yo he puesto en negrita como ejemplo)
sudo prosodyctl register macario videoconferencias.example.com mipasswordsecreto
Vaya... así que sólo se puede poner un usuario y una contraseña. Pues este sistema lo van a usar varias personas en mi empresa.
En ese caso no te preocupes, Usuario Anónimo. Simplemente repite esa línea con todas las combinaciones de usuario y contraseña que desees. Puedes crear tantos usuarios como quieras.
Por último, para que todo esto se haga efectivo, hay que reiniciar todos los servicios que se han instalado para el funcionamiento de Jitsi. Lo haremos con el siguiente comando.
sudo systemctl restart prosody.service jicofo.service jitsi-videobridge2.service
Con todo esto realizado Jitsi siempre nos pedirá un usuario autorizado y su contraseña correspondiente para crear una sala nueva. Si alguien tiene la dirección de una sala previamente creada, podrá agregarse a la conferencia sin problema.
4.- Conclusiones.
Tal y cómo podréis imaginar después de todo lo que hemos visto, tener un servidor de videoconferencias propio y que no dependa de ningún software ajeno, para una empresa moderna o para un proyecto de docencia debería ser casi esencial. En este enlace podéis ver un ejemplo de docencia usando con éxito el sistema. Si lo que os preocupa es la privacidad y la seguridad del sistema podréis estar tranquilos: todo el tráfico de datos se enviaría únicamente a nuestro servidor y estaríamos usando software libre, que al fin y al cabo está contínuamente monitorizado por la comunidad. En cuanto a la calidad de transmisión, dependeríamos únicamente de la velocidad de la línea de internet y de lo dimensionado que esté nuestro servidor para tramitar las transferencias de vídeo de los participantes. No estamos a merced de servicios externos en ningún caso. Y en cuanto a compatibilidad, en ordenadores de escritorio la videconferencia se abre desde un navegador sin necesidad de instalar nada, y para dispositivos móviles hay aplicaciones tanto en el App Store de apple como en el Google Play de Android para usar el sistema. Y no podemos olvidar que aunque no he querido profundizar en funcionalidades avanzadas de este sistema, podemos instalar «plugins» para añadir a Jitsi funcionalidades extra, como transcripción del texto a subtítulos o grabación de videoconferencias. Así que me atrevo a afirmar que nos encontramos posiblemente ante la mejor solución de videoconferencias a nivel empresarial.
Ahora os toca a vosotros darme vuestras impresiones. ¿Usáis algún otro sistema de videoconferencias cuyo servidor esté instalado en algún equipor propio? ¿Habéis tenido algún problema para desplegar Jitsi? Espero vuestros comentarios.
Gran entrada, me parece una gran solución y de facil puesta en funcionamiento. Antes o después la probare. Como siempre gracias
Buenas, amigo, es que no aparece este archivo sudo nano /etc/jitsi/jicofo/sip-communicator.properties – Puedes Guiarnos por favor, gracias por tan buen Blog -Son los mejores
Buenas, he leido su texto sobre jitsi………… y es muy interesante y funciona a la perfeccion…….. pero tengo una duda……
como crear via consola una sala para que se me mantenga permanente por un tiempo, fecha o completamente permanente ????????
saludos,