Windows 11 ha sido polémico desde su lanzamiento por diversas causas. Sin embargo a los que usamos un montón de ordenadores diferentes nos ha enojado sobre todo un aspecto de este sistema operativo: no puede instalarse en equipos que «calcen» un procesador anterior a 2017.
Tienes razón. Siempre me pregunté por qué no podía instalarse oficialmente en un equipo anterior a esa fecha. Sobre todo porque yo conseguí parchear Windows 11 y lo tengo funcionando en un Intel Core de cuarta generación sin mayor problema. Esa limitación es completamente artificial.
Efectivamente Usuario Anónimo. Muchos somos los que nos hemos visto obligados a usar parches o trucos para hacer funcionar Windows 11 en equipos de generaciones anteriores a los que oficialmente soporta el sistema. Sin ir más lejos, ahora mismo te estoy escribiendo este artículo desde un flamante Mac Mini del año 2012, que además de correr Mac OS Sonoma (que oficialmente no podría funcionar el él) también tiene una partición con Windows 11. Y estamos hablando de un equipo con un procesador Intel Core de tercera generación.
Personalmente tengo una teoría sobre estos requisitos excesivos para instalar Windows 11. Lo que ha hecho Microsoft ha sido cargarse de un plumazo todos los procesadores que se vieron afectados en su momento por las vulnerabilidades Spectre y Meltdown (Lo del TPM es también de traca, puesto que tampoco es necesario para hacer funcionar un Windows 11, pero es otra historia). Es algo completamente injusto, puesto que los usuarios de estos procesadores ya se vieron perjudicados con parches que para tapar esa vulnerabilidad reducían el rendimiento de sus sistemas. Pero supuestamente con los parches ese fallo quedaba solventado, así que no ha sido nada justo que haya que parchear Windows para que funcione en estos procesadores, porque está más que demostrado que Windows 11 funciona perfectamente sobre ellos.
En todo caso ha habido mucha gente que ha podido instalar Windows 11 en equipos con estos procesadores mediante diversos parches. El problema ha sido siempre que cuando Microsoft saca una actualización importante del sistema (como lo fue en su momento la 22H2), antes de aplicar la actualización el sistema comprobaba si era compatible con ella. Al no serlo, Windows no se actualizaba automáticamente y había que actualizar utilizando de nuevo «ñapas» extrañas.
Sí. Actualizar a la 22H2 ha sido un pequeño follón. Yo tuve que bajar una ISO completa y parchear varios archivos de esa ISO para que me permitiera hacer la actualización, porque si no no se iba a actualizar nunca.
Efectivamente. El método para actualizar estos equipos hasta ahora ha sido ejecutar un actualizador parcheado de alguna forma extraña y sobreescribiendo el sistema completo. No se podía actualizar de forma directa.
Sin embargo para actualizar de la versión 22H2 a la 23H2, los usuarios de equipos no compatibles tenemos una pequeña alegría. Sólo hace falta instalar un pequeño parche en el sistema (que aún por encima es oficial) para que el sistema se actualice sin mayores problemas. Vale: hay que instalar el parche de forma manual, ejecutándolo. Pero actualizar el sistema entero no debería llevar más de 3 minutos con este método, que fue publicado en inglés en este foro. Vamos a intentar ser algo más claro que ellos e intentaremos explicar de forma sencilla cómo hay que hacer para llevar a cabo la actualización.
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