Navegando por internet

En anteriores tutoriales hemos aprendido un montón de cosas: primero logramos instalar Docker y Docker Compose en un dispositivo con Linux (nos hemos centrado en Raspberrys pero hemos visto como hacerlo en Debian y Ubuntu). Hemos visto también cómo funciona Docker y un montón de comandos para gestionarlo y luego hemos aprendido a instalar unos cuantos Dockers diferentes.

Sin embargo los dockers que hemos instalado no han generado ninguna web que fuera accesible desde el exterior. Normalmente, cuando empresas o particulares quieren tener una página publicada en internet y no quieren complicarse la vida, contratan a una empresa de hosting para que albergue su web. Albergues hay miles y con montones de planes diferentes, pero os voy a contar los tipos de alojamientos que más he podido ver en empresas con las que he tratado.

Un momento... ¿Me he confundido de artículo? ¿No vas a hablarnos de cómo autohospedar una web usando Docker?

Claro que sí, usuario Anónimo, pero antes de empezar es bueno que veamos que alojar una web no es algo trivial. Es positivo que comparemos «la forma habitual» de hacer las cosas (la forma por la que optan el 90% de las empresas y particulares) con la que vamos a aprender en los siguientes tutoriales. Por eso vamos a ver los tipos de alojamientos más habituales junto con sus costes. Con estos datos podremos determinar las ventajas e inconvenientes que tendremos autoalojando una web en nuestra casa.

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