En un artículo anterior hemos visto las funcionalidades que un sistema como TrueNAS nos podía otorgar a nivel doméstico. Hemos visto también cómo realizar la instalación del sistema en un equipo y cómo ponerle IP fija. Así que llegados a este punto supongo que tenemos nuestro TrueNAS recién instalado pero sin ningún tipo de configuración.
Ah, pero ¿Hay que configurarlo más? ¿No funciona ya así? ¡Qué decepción!
Claro que hay que configurarlo, Usuario Anónimo. TrueNAS nos permite hacer muchas cosas, pero sobre todo vamos a tener que decirle qué discos de los que tenemos instalados en el equipo va a usar, qué carpetas vamos a compartir en nuestra red y cómo y con quién vamos a compartirlas. Date cuenta que lo único que hemos hecho en la primera parte del tutorial es instalar el sistema operativo pero esto por sí sólo no nos sirve de gran cosa. Tenemos aún que trabajar para que el sistema funcione como queremos. Veamos cómo tenemos que hacer para hacer una configuración de TrueNas impecable:
Empecemos el artículo con una verdad como un templo: cada vez necesitamos más espacio de almacenamiento para todo lo que movemos en nuestros dispositivos. Da igual que seamos un particular o una empresa o que ese espacio lo dediquemos a nuestro ocio o a la contabilidad de una sociedad. Lo que hace años podíamos almacenar en el disco duro de nuestro ordenador, ahora lo vemos distribuído en discos duros extraíbles repartidos por nuestra casa o nuestra empresa.
Pues tienes razón, pero si lo que necesitas es espacio siempre puedes recurrir a discos duros enormes como los My Book Duo de Wenster Digital
Eso precisamente es lo que te digo, Usuario Anónimo. Discos y más discos. ¿No te parece que sería una solución más eficiente contar con una caja a la que ir añadiendo discos según los vayas necesitando?
Pero eso existe hace tiempo. Se llaman NAS (Siglas de Network Attached Storage, o "Almacenamiento conectado a la red"). Hay muchas marcas como Synology que ofrecen dispositivos de este tipo.
Empiezo a preocuparme de que estemos dos veces seguidas de acuerdo. Sin embargo estas soluciones «pre-montadas» tienen también algún que otro problema.
En primer lugar, los NAS «de marca» más baratos tienen un hardware muy limitado que hace que su rendimiento deje mucho que desear. Recuerdo tener que trabajar con un NAS Seagate Blackarmor 400 con 4 bahías para discos del que si os digo que el rendimiento era desastroso me estaría quedando muy muy corto.
Bueno… ya empiezas. Si es que tampoco hay que escatimar con estas cosas, hombre. Deja de ser tan rata y aconseja a la gente a comprar un NAS algo más caro y problema resuelto.
Es que no es el único problema de este tipo de NAS. Efectivamente, si te vas a modelos superiores vas a tener mejores especificaciones, pero otro gran problema es el soporte de los fabricantes a sus dispositivos. Estos aparatos permiten hacer multitud de cosas e incluso acceder a ellos a través de internet. Pero si el fabricante no parchea los problemas de seguridad que les van surgiendo tendremos un dispositivo inseguro. Algo muy habitual es que el fabricante retire el soporte a sus productos pasados unos años. Y creedme si os digo que no os interesa tener vuestros datos expuestos en Internet en un dispositivo que ha dejado de actualizarse hace tiempo (y tampoco es plan comprar un NAS nuevo cada cierto tiempo porque el antiguo haya dejado de recibir actualizaciones).
Además hay otro problema y es el relacionado con el soporte en el que se formatean los discos. En ocasiones, un conjunto de discos usados por un NAS de una determinada marca pueden no ser reconocidos por el hardware de otro fabricante, por lo que ante fallos físicos del NAS hay que optar por sustituirlo por otro de la misma marca (a veces incluso del mismo modelo) para poder recuperar los datos de nuestros discos.
Pues sí que estamos bien. ¿Qué es lo que propones entonces como alternativa? ¿Volver a las tarjetas perforadas?
Pues usar en tu NAS algún sistema operativo libre, que no dependa de la marca del fabricante del hardware, que permita darle un formato estandard a los discos para que puedan ser reconocidos por otro NAS en caso de fallo, que esté contínuamente recibiendo actualizaciones de seguridad y con un hardware que otorgue el rendimiento adecuado al uso que le vas a dar.
Vamos… que casi nada. Por lo que me dices, estaríamos hablando de un NAS como estos de "TrueNAS". Pero oye… ¿Te has fijado que el precio de estos cacharritos empiezan desde 700 euros sin discos? Creo que nuestros lectores no van a estar por la labor de gastarse ese dineral en un NAS.
Mencionando a «TrueNAS» has dado en el clavo en el software, aunque no en el hardware. Efectivamente los equipos NAS que ofrecen son perfectos a nivel empresarial, e incluso lo son a nivel doméstico si tienes una capacidad adquisitiva importante. Sin embargo tal y cómo dices no todo el mundo puede permitirse un equipo de estas características. Esos 700 euros (más el precio de los discos) es el precio del NAS más barato de su gama, así que os podréis imaginar que un equipo de estos supone un desembolso importante.
Sin embargo hay una opción muy interesante, y es montarte tú mismo un NAS casero usando en un ordenador cualquiera el sistema operativo de «TrueNAS». El hardware sería el que quisieras montar tú (Se adaptaría a tu capacidad adquisitiva) y el software es software libre. Incluso, una opción muy interesante es aprovechar algún ordenador viejo para instalar un TrueNAS en él y reutilizarlo como NAS. No te gastarías ni un duro ni en software ni en hardware y tendrías un rendimiento estupendo, unas funcionalidades increíbles y un soporte contínuo de actualizaciones.
Vamos a ver cómo podemos montarnos uno, como siempre detallando todos los pasos minuciosamente para que no se pierda nadie en la configuración. Eso sí: para no alargarnos demasiado, en este artículo sólo abordaremos la instalación del sistema operativo. Las instrucciones para compartir nuestros discos en la red y la problemática de los permisos de usuario lo abordaremos más adelante en otro artículo distinto. En una tercera parte añadiremos también la problemática de añadir nuestro TrueNAS a un dominio (Active directory). Pero por el momento, centrémonos en la instalación, que es lo primero que hay que hacer.
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