El poder disponer hoy en día de mini-ordenadores como las Raspberrys, de bajo consumo y a un precio ridículo, es de lo mejor que le puede pasar a cualquier aficionado a la informática. Vale… hay que dedicarle algo de tiempo a aprender el uso de estas máquinas, pero para cualquier persona acostumbrada a cacharrear con aparatos no debería ser un gran quebradero de cabeza.
En este artículo os voy a contar el uso que le doy yo a mis cuatro Raspberrys, por si alguno de vosotros se atreve a realizar algo similar, o está pensando cómo aprovechar alguna que tenga perdida por un cajón. No se trata de un tutorial ni mucho menos (si interesa publicaré algún tutorial de cómo hacer todo esto en alguna otra entrada), sinó una guía para poder exprimir estos aparatos dándoles varios usos simultáneamente. Y ya os aviso que cada una de mis raspberrys hacen en mi casa un montón de cosas a la vez, por lo que vosotros también podéis hacer que la misma raspberry realice simultáneamente varios de estos puntos.
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