En los anteriores tutoriales hemos aprendido un montón de cosas sobre docker. Hemos aprendido a instalarlo en nuestro equipo, hemos visto las diferencias entre imágenes, volúmenes y contenedores, hemos instalado unas cuantas aplicaciones sencillas y luego gracias a un proxy nos hemos animado a publicar tímidamente alguna web.
En este artículo pasamos a palabras mayores. Quiero que sepáis que este es un artículo que llevo literalmente años deseando publicar (Se trata de un software que llevo usando en diversos proyectos desde su creación) pero el mero hecho de hacer un esquema de cómo abordar un tutorial en el que explicar su instalación siempre me resultó muy difícil.
Caray. Me estás dando miedo. ¿Tan complicado es eso que nos vas a hacer instalar? ¿Vamos a instalar un software desarrollado por la NASA o algo así?
No. Lo que vamos a instalar es una instancia de Nextcloud, que es algo así como una nube personal realizada con software libre. Nextcloud es un fork de un software que se creó en el 2011 llamado «Owncloud» (que sigue desarrollándose de forma paralela) y que nos va a permitir crear y gestionar nuestro propio servicio de almacenamiento de archivos en internet. En la práctica, se usa de forma similar a Google Drive o Dropbox, pero prestando especial atención a la seguridad. Me explico: al montarse sobre servidores propios, los que opten por usar Nextcloud tendrán control total sobre sus datos y podrán compartir sus archivos de forma segura sin depender de servicios de almacenamiento externos.
La instalación de este servicio sobre Docker yo la dividiría en tres partes:
- Preparación del proxy (tiene algo más de chicha en algunos casos que una instalación normal de un sistema en docker).
- Instalación del docker de Nextcloud (esto es muy sencillo y a estas alturas ya lo tendréis dominado).
- Configuración y corrección de errores.
El punto 3 me desconcierta. ¿Corrección de errores?
Sí. Nextcloud tiene unos requisitos… digamos que muy estrictos. Y no me refiero en absoluto a requisitos de hardware, si no de cómo se configura en la máquina que lo hospeda. Hace falta configurar el sistema de forma muy concreta para que Nextcloud funcione sin errores, por lo que hay que dedicarle un rato a preparar todo exactamente tal y cómo lo requiere este sistema. El proxy hay que configurarlo en algunos casos con parámetros «especiales». La instalación del docker en si mismo no es más dificultosa que cualquier docker que hayamos instalado hasta ahora, pero la «post instalación» sí que suele dar bastante guerra.
Por un lado hay que configurar bastantes cosas de forma manual y a pesar de que hay abundante documentación sobre cómo hacerlo, es tan genérica que hay que pararse con calma para ver cómo se configura cada cosa.
Por otro lado, es frecuente que en el momento en el que se produce un cambio en la versión principal de Nextcloud (por ejemplo, el cambio de la versión 23 a la 24), los requisitos de la instalación se vayan incrementando (no requisitos de hardware, si no de configuración), de forma que cuando uno cree que todo le funciona genial en la versión actual, una actualización a una versión superior le hace saltar errores que antes no tenía. Esto sucede porque los desarrolladores están incrementando constantemente requisitos para aumentar la seguridad del sistema.
Así que después de realizar la instalación nos pararemos a ver qué cosas nos faltan por configurar para que nuestro docker no tenga ninguna queja de nosotros.
Venga, agarraos los machos que esta instalación será intensa.
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