Para muchos usuarios de Windows es un incordio el tener que poner el nombre de usuario y contraseña al encender el ordenador. Muchos de estos usuarios aplican una solución muy peligrosa que consiste en dejar el campo de contraseña en blanco, con el consiguiente riesgo de seguridad que esto conlleva. Pero hay otra solución mucho más efectiva e infinitamente más segura, que es que el equipo asuma que al encender, se hace siempre con el mismo nombre de usuario y contraseña. Os dejo instrucciones para que aprendáis a hacerlo.
1) Pincháis en el menú inicio y luego en “ejecutar”. 2) En la ventana que os sale escribís lo siguiente: “control.exe userpasswords2”. Luego pincháis en “aceptar”.
3) En la ventana de cuentas de usuario, primero os aseguráis que la opción “Los usuarios deben escribir su nombre y contraseña para usar el equipo” esté marcada. Acto seguido marcáis el usuario con el que queráis encender el equipo (simplemente pinchando encima).
4) Ahora desmarcamos de nuevo la opción que habíamos marcado en el paso 3 (La de “Los usuarios deben escribir su nombre y contraseña…”). Una vez desmarcada, pinchamos en “aplicar” y en la siguiente ventana ponemos la contraseña que usamos para encender el equipo con este usuario (OJO. No la estamos cambiando, sinó que debemos poner la contraseña que hemos estado usando hasta ahora para iniciar con este usuario).
5) Aceptamos en las ventanas que tenemos abiertas y listo.
A partir de ahora el equipo no nos volverá a preguntar el nombre de usuario y contraseña al iniciar.
Suponed que tenéis un CD de música de los de toda la vida (No en MP3, sinó un CD original que habéis comprado en una tienda) y queréis pasar esa música a vuestro ordenador (Que tiene instalado un windows xp o vista). ¿Cómo podéis hacerlo? Esto que para algunos puede parecer trivial, es una duda que me han consultado en muchas ocasiones. Sin necesidad de instalar ningún programa a mayores vamos a intentar explicar una de las muchas formas de conseguirlo.
Lo más intuitivo sería ir a «Mi PC», abrir la unidad de CD-ROM o DVD y arrastrar todo lo que hay ahí hacia una carpeta del disco duro. Sin embargo, si hacemos esto podemos comprobar que lo que obtenemos es simplemente una serie de accesos directos que no funcionan. ¿Cómo resolverlo entonces?
Si queremos una solución rápida sin necesidad de instalar ningún programa en vuestro equipo, se puede hacer mediante el Windows Media Player. Lo que haremos con este programa será convertir cada una de las pistas que hay en el CD a un archivo MP3 que podremos reproducir sin problemas en el equipo. Vamos a ello entonces.
Primero abrimos el Windows Media Player. Normalmente se puede encontrar en el menú inicio –> Programas (Ya aparece en la raíz de programas), pero también con frecuencia he visto que la gente lo suele cambiar de sitio (puesto no es un programa que agrade a mucha gente), por lo que si no lo encontráis, una forma sencilla de localizarlo es abrir el menú inicio, pinchar en «ejecutar», escribir «wmplayer» y darle a enter. Con esto ya tendremos abierto el Windows Media Player.
Una vez abierto, el programa en cuestión puede presentar diferentes apariencias, con lo que aquí se complica un poco la explicación. Lo más habitual es que se nos muestre en modo de máscara, y a nosotros nos interesa verlo en modo completo. Para ello pulsaremos un botón que se sitúa en la parte inferior derecha del programa.
Una vez que estamos en modo completo, desplegamos el menú «copiar» y dentro del submenú «formato» escogemos la opción «MP3». De esta forma nos aseguramos que lo que vayamos a grabar en el equipo pueda reproducirlo cualquier aparato del mercado (cosa que no nos asegura en absoluto el formato nativo del programa, el «wma»).
Una vez hecho esto, vamos a decirle al programa en qué sitio del disco duro queremos guardar la música. Para ello desplegamos de nuevo el menú «copiar» y pinchamos en «más opciones». Nos saldrá una ventana similar a esta:
Dónde pone «Copiar música en esta ubicación desde CD», pinchamos en el botón «cambiar» y seleccionamos el directorio dónde queramos que se almacene el CD. El resto de opciones las podéis dejar tal y cómo están en la imagen. Mencionar que la barra de desplazamiento que hay en la zona inferior os permite cambiar la calidad del sonido que estáis copiando. Normalmente 128 Kbps es más que suficiente para obtener sonido de excelente calidad, pero si sois muy puristas con la calidad del sonido no hay ningún problema en que pongáis una calidad mayor, aunque recordad que a mayor calidad, el tamaño del archivo resultante también será mayor.
Ya tenemos casi el proceso terminado. Ahora el Windows Media Player se ve tal que así:
Pero como podéis ver, las diferentes pistas que componen el CD están sin nombre. Sería todo un detalle que el propio programa ya pusiera el nombre a las canciones sin tener que teclearlo. Pues esto mismo es lo que vamos a hacer. Pinchamos con el botón derecho en el icono del CD y luego en “Buscar información del álbum”. Nos saldrá un asistente similar a éste:
Como podéis ver, el programa autodetecta sin problemas el CD que está metido. Pinchamos en el nombre del CD que creamos correcto y pinchamos en “siguiente”.
Simplemente confirmamos que las canciones son las que corresponden al CD y pinchamos en finalizar.
Ahora sólo nos queda pinchar en el botón que pone “iniciar la copia desde CD” para que todo el contenido del CD pase al directorio que previamente hemos escogido. Así podremos disfrutar del contenido de nuestros CD’s en nuestro reproductor MP3 o reproducirlos sin la necesidad de tener el CD insertado en el ordenador.
¿A quién no le ha pasado alguna vez que por motivos desconocidos el ordenador le funciona mucho más lento de lo que debería (Muchas veces sin ni siquiera haber hecho el cafre con el equipo)? Casualmente he encontrado un programa que ayuda muchísimo a arreglar esos problemas de velocidad con nuestros equipos. El programa en cuestión se llama «Registry Mechanic» y, a pesar de tener un funcionamiento muy simple, cumple con su cometido de una forma estupenda. Presenta un interface tan simple como este.
Tal vez la principal función que tiene es la de limpiar el registro de windows. De allí quita toda la basura que se ha ido acumulando a lo largo del tiempo (registros de programas ya desinstalados y en general registros inútiles). Por otro lado también compacta y optimiza el registro. En principio yo no consideraba que la diferencia de rendimiento se iba a notar, pero después de probarlo en varios equipos puedo afirmar que es casi una herramienta imprescindible para un ordenador que lleve tiempo sin formatear, ya que se nota mucho que acelera el sistema. Os recomiendo que mireis su página web y que lo probeis si notais que el ordenador va lento de más.
Se ha descrito el software libre mediante diversas metáforas, como el de las recetas de cocina de Stallman. Basándome un poco en esa suposición, he intentado ir más allá y hacer todo lo posible para convencer a la gente que use -como mínimo, que pruebe- el software libre. Allá va.
Imagina que entras en un restaurante para comer. El camarero, antes de mostrarte la carta, te sirve un plato de estofado. El plato tiene buena pinta; cuando miras a tu alrededor ves que todo el mundo está comiendo estofado.
Cuando lo pruebas, notas que su sabor es horrible. No parece ternera ni cerdo. Pero todos siguen con su estofado, así que supones que tendrás que comértelo de todos modos
Ya llevas la mitad del plato cuando entra otra persona, que se sienta en la mesa de al lado. Le sirven estofado, pero devuelve el plato. Pide lenguado en salsa
Extrañado, te preguntas si el pescado también será tan malo como el estofado. Ves que esa persona tarda alrededor de un cuarto de hora en quitar todas las espinas y limpiar la pieza, pero la comida parece gustarle. Un señor que hay sentado a tu lado se da cuenta de que estás observando al chico del pescado, y te comenta «No entiendo como puede comer pescado. ¡Pierde todo el tiempo tan sólo para limpiarlo!». El chico se da cuenta y le contesta «Pero merece la pena la espera»
Además, oyes conversaciones en las que se dice que alguno de los que comió estofado el día anterior está con gastroenteritis, posiblemente por comer carne en mal estado. Mientras la persona del pescado está acabando, llama al cocinero para explicarle que el plato estaba exquisito, pero con un poco de zumo de limón hubiera quedado más jugoso. Decides llamar tú también al cocinero para comentarle que el estofado es asqueroso, pero te responde que el hecho de comer estofado te prohíbe preguntar de dónde salió la carne, y no puedes cambiar las patatas por champiñones en caso de que no te gusten. «¿Cómo es posible que no pueda saber qué animal estoy comiendo?», le dices. Por lo visto, la empresa que distribuye la carne guarda celosa ese secreto, aunque garantiza que es de calidad y apta para el consumo humano.
La persona del pescado se dispone a marchar, y se va sin pagar la cuenta. Preguntas al camarero, y te dice que el pescado es gratuito, pero el estofado hay que pagarlo. El señor de antes te comenta «Si es gratis, seguro que no es de fiar», aunque piensas si realmente algo puede estar más malo que la carne que te acabas de comer. Pagas una cantidad exorbitada por un estofado malísimo, y marchas del restaurante. En tu camino a casa, ves que en otro restaurante el pescado cuesta dinero, aunque ni la mitad que la carne. El camarero te dice que el pescado es el mismo, pero esta vez lo sirven con extra de guarnición si quieres. Si no, también es gratis
A la semana siguiente, vuelves al mismo restaurante. Piensas si probar el pescado o seguir con la carne. Nuevamente, todos los comensales han pedido estofado. En una mesa encuentras al chico de la semana pasada, en lugar de lenguado ha pedido merluza al ajillo. Te invita a sentarte a su lado
Tomas asiento, y el camarero aparece con un plato de estofado. Qué asco. Otra persona te dice en voz baja «Recuerda que si comes pescado no te sirven vino rosado». El chico que está sentado a tu derecha está bebiendo vino blanco, así que tampoco notarás mucho la diferencia. Se dirige a tí «¿Quieres pescado? Si no te ves capaz de limpiarlo, te puedo echar una mano. Está buenísimo. Si lo pruebas y no te gusta, no pasa nada, siempre podrás volver al estofado». Se ríe y añade «¿De verdad te gusta? Es malísimo»
Empiezas a dudar, y recuerdas lo que te dijeron la semana pasada. Le preguntas acerca de la procedencia del pescado, podría ser que estuviera en mal estado. Te contesta que ese pescado es del día, que puedes ir tú mismo a la lonja a comprobar como el dueño del restaurante lo adquiere todos los días. Nadie te garantiza que sea bueno, pero resulta que sí lo es. Tú mismo puedes comprobarlo. Te comenta que los grandes gourmets siempre piden pescado para comer. Como necesitan cierta garantía de calidad por su estatus social, pagan a un notario para que vaya todos los días al puerto a comprobar que, efectivamente, el pescado es fresco. El resto de comensales se aprovechan de esto, pues el notario no sólo garantiza el pescado de los más exigentes, sino todos los palés que pasan por la lonja.
Además añade «¿O es que acaso puedes comprobar la procedencia de la carne? Sabes, cualquiera puede pescar su propio pescado y comerlo como más le guste. En cambio, la empresa que controla la carne no permite cocinarlo de maneras que no sean las que ellos quieren. Ni siquiera dicen qué animal estás comiendo, ¿Te parece normal? ¿Si su carne es tan buena, qué tienen que esconder?»
«Una vez que te has acostumbrado a limpiar el pescado de espinas, aunque tardes un poquito más en comer, te quedas más a gusto. Insisto, te echo una mano hasta que te acostumbres. No entiendo cómo puede haber gente que pague por esa ¿carne?». Le recuerdas que mucha gente marcha sin pagar. «Sí, claro que puedes irte sin pagar. Pero pudiendo comer un buen pescado, no comería ese estofado ni aunque me lo regalasen. Y si lo pruebas lo entenderás»
En este minitutorial vamos a ver cómo compartir una conexión a internet entre dos equipos sin que haya un router por el medio. De esta forma nos ahorramos comprar el router. Me centraré en compartir una conexión de «R», pero esto sería igualmente válido para compartir cualquier conexión de modem-cable.
Para empezar veamos lo que necesitamos. Necesitamos que el ordenador que comparte la conexión tenga dos tarjetas de red y el que recibe la conexión tenga otra tarjeta de red.
Vamos a poner dos en el ordenador que tiene conexión a internet por «R» y la otra en el otro equipo.
Necesitamos también un cable para conectarlas entre sí. El cable tiene dos conectores RJ45 como este:
Cuando vayais a comprar el cable, decid en la tienda para qué lo quereis y deberían saber qué cable necesitais. Pero por si hay dudas recalcad que necesitais un cable RJ45 cruzado. Importante que sea cruzado, puesto que si no no funcionará el invento. No me voy a enrollar el por qué de esto, pero quedaros con la idea. Simplemente pedir que el cable sea cruzado.
Debéis montar las tarjetas en los equipos e instalar los drivers correspondientes (mirad el manual de cada tarjeta). Si habeis hecho todo correctamente, os deberían aparecer dos conexiones de red nuevas en «conexiones de red y de acceso telefónico» (en el panel de control).
Cada una de las conexiones es una de las tarjetas de red. Escogemos una en la que conectaremos el módem y le hacemos click con el botón derecho y pulsamos en propiedades. Nos sale una ventana similar a esta.
Os digo similar, porque no os debería salir el componente «virtual PC». En principio debeis tener instalado el protocolo internet (TCP/IP) y activado (con la casilla de verificación con una «v»). El resto de componentes debe estar desactivado. Esto es importante, puesto que si teneis activado alguno más os podrían estar entrando en vuestro equipo y robaros datos. Por tanto muy importante… sólo dejad activado el protocolo internet (tcp/ip).
Pinchad en él (en el protocolo de internet) y dadle a propiedades. Todo debe estar en automático, como en esta captura de pantalla:
Con esto ya tendríais la tarjeta de red funcionando y configurada. Ahora comprobad que navegais correctamente. Si no navegais correctamente, abrid el internet explorer, id al menú herramientas –> Opciones de internet, id a la carpeta «conexiones» y pinchad en «instalar». Luego marcad la opción que permite conectar mediante una LAN, pinchad siguiente, seleccionad que el acceso a internet es por una red de área local (LAN) y pinchad siguente, la siguente ventana dejad todo en blanco y pinchad siguiente y en la última ventana pinchad en «no configurar una cuenta de correo». Con todo esto os debería funcionar la conexión a internet por «R». Si no os funciona, probad a cambiar el cable del modem de tarjeta de red (tal vez esteis configurando la conexión en una y poniendo el cable en la otra tarjeta).
configuremos ahora la otra tarjeta de red. Ahora sí sería interesante marcar las opciones de «cliente para redes microsoft» y «compartir impresoras y archivos…». Esto se usaría para poder pasar archivos de un ordenador a otro. Pero a lo que vamos… vamos a configurar el protocolo tcp/ip en la otra tarjeta de red, que es la que le dará internet al otro equipo. Para no liaros, configuradla exactamente igual que esta imagen.
Ahora pinchad en propiedades y en la carpeta «Wins» pinchad en «habilitar NetBios sobre TCP/IP», como en esta foto:
Aceptad todo. Con esto ya teneis las tarjetas de red configuradas. Vamos ahora a «mi pc» y le damos con el botón derecho. Pinchamos en «propiedades» y nos vamos a la carpeta «identificación de red», y le volvemos a dar a «propiedades». Ahí le ponemos un nombre a nuestro equipo (el que querais) y abajo fijaos que esté marcada la opción de «grupo de trabajo» y poned «redlocal». Esto es importante. Si cambiais este nombre anotadlo en algún sitio que debereis usarlo luego con el equipo cliente.
Ahora vamos con el winroute, que es el programa que nos comparte la conexión a internet. Este tutorial sigue la versión pro 4.2.0, pero ésta ha sido reemplazada por el kerio winroute firewall. En todo caso, si teneis dudas, que sepais que me guío por la 4.2.0.
Lo instalais, os vais a «settings» y en «interfaces/Nat» os aparece una lista. En esta lista debe haber un elemento con una serie de números, llamados dirección IP. Esos números son los que «R» ha dado a tu ordenador al conectarse a internet. Como en «R» tenemos IP’s dinámicas, esos números pueden cambiar sin aviso, pero a lo que vamos… en principio hay un elemento con una serie de números. Pinchad en él y dadle a «properties». Ahí abajo hay dos casillas de verificación que debeis activar. Aceptad los cambios.
Ahora en el wingate id a «settings» –> «DHCP server». Vais a activar la casilla de «DHCP server» y poner todo como aparece en la siguiente foto (pinchad aquí para verla, que es algo grande).
Por último dejad el DNS Forwarder tal que así:
Con esto termina la configuración del servidor.
¿Y el ordenador cliente? Pues muy sencillo. Se configura tal cual se hizo con la tarjeta de red que conectaba al servidor con internet, sólo que a la tarjeta también le habilitamos «netbios sobre tcp/IP» y compartir impresoras y archivos. Ah, y no os olvideis que los dos equipos deben tener nombres distintos, pero deben estar en el mismo grupo de trabajo para que se puedan ver.
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